martes, 20 de agosto de 2013


Retrasar la maternidad, ¿sabemos las consecuencias?


Este artículo fue publicado en: http://www.laopiniondemalaga.es/
Puedes leer su versión original en: http://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2013/08/18/retrasar-maternidad-consecuencias/610780.html


Dr. Claudio Álvarez Pinochet
 
Los especialistas en reproducción e infertilidad nos enfrentamos a diario con situaciones de pacientes donde sentimos que hemos llegado tarde y que muchas veces no tenemos las herramientas para hacer cumplir el sueño de muchas parejas de ser padres. Sabemos que si les hubiésemos orientado, educado o informado a tiempo no estaríamos ahora tomando decisiones sobre diagnósticos o tratamientos que muchas veces producen un estado de choque, de ansiedad y de angustia en la pareja y cuya decisión definitiva cuesta tomar.

En los tiempos que vivimos, la maternidad forma parte de nuestros objetivos a mediano o largo plazo, pero no sabemos la realidad de la función reproductiva ni el pronóstico de la fertilidad en nuestra especie. Cada vez retrasamos más la llegada de nuestro primer hijo. Tanto es así que en la década de los setenta sólo el 1% de los niños nacidos (primer hijo) tenían madres mayores de 35 años. Más de treinta años después esta cifra ha aumentado a un 10% aproximadamente.

La mayoría de las mujeres cree que la maternidad es importante, y cuentan con la esperanza de tener dos o tres hijos, el último de ellos después de los 35 años. El tener hijos es ya una decisión voluntaria de la mujer y no una imposición. Tener una relación estable, haber completado su desarrollo profesional o laboral y contar con una seguridad económica, son algunos de los requisitos que se tienen en consideración antes de pensar en la maternidad. La mayoría de las parejas subestima el impacto de la edad de la mujer en la fertilidad y sobreestima los resultados de las distintas técnicas de reproducción asistida, lo que acarrea un riesgo de buscar tardíamente la maternidad. La decisión de retrasar la maternidad es una decisión libre, pero que debe ser tomada con conocimiento y asumiendo sus posibles consecuencias futuras.

La edad de la mujer es el factor más importante desde el punto de vista de la fecundidad. Dicha fecundidad permanece relativamente estable en un 23% por mes hasta los 30 años y luego comienza a disminuir de forma acelerada a partir de los 37 años, incrementándose el número de mujeres infértiles.

Es importante que las pacientes sepan que cuando su médico de cabecera o su ginecólogo, en su revisión anual, les dice que todo esta perfecto, no significa necesariamente que desde el punto de vista reproductivo esté todo bien. En otras palabras, una mujer de 43-45 años puede tener una salud perfecta, sus revisiones ginecológicas normales, pero tiene una altísima probabilidad de tener un mal pronostico reproductivo asociado a su edad.

Todo lo anterior nos debe llevar a un nuevo concepto de «prevención de la infertilidad», responsabilidad de los profesionales de la salud, personal sanitario en general y de la sociedad toda. Por esto es necesario, dado la espiral de desarrollo en la que estamos inmersos, que seamos conscientes de la necesidad de fortalecer este nuevo concepto, fortaleciendo los conocimientos sobre los factores que influyen en el pronóstico reproductivo de una mujer. Especialmente y entre otros, la edad, las nuevas posibilidades de preservar la fertilidad como la vitrificación de ovocitos, la congelación de tejido ovárico y la congelación del semen, según sea el caso. Con todo, la pareja debe tomar sus decisiones libremente y con conocimiento de las posibles consecuencias de la postergación de la maternidad que, por último, es uno de los principales problemas emergentes del último tiempo.

*El Dr. Claudio Álvarez Pinochet es trabaja en la Unidad de Reproducción (URE) del Centro Gutenberg de Málaga

miércoles, 7 de agosto de 2013


Mujeres contra el reloj biológico

Artículo publicado en: www.elobservador.com.uy
Puedes leerlo en su versión original en: http://www.elobservador.com.uy/noticia/256131/mujeres-contra-el-reloj-biologico-/
 

Cada vez se retrasa más la maternidad para después de los 35 años, edad a partir de la cual la fertilidad declina; por ello, los métodos de reproducción asistida y la congelación de ovocitos son prácticas en alza

Mariana fue madre a los 35 y de nuevo a los 38 y no tuvo ninguna complicación. Logró su primer embarazo a los dos meses de intentarlo y para cuando buscó su segundo hijo tampoco le tocó esperar mucho. Todavía tiene grabada, sin embargo, la sensación de que el tictac de su reloj biológico se hacía más audible con el paso de los años, mientras  todavía no había formado una familia. “Siempre me acuerdo de un capítulo de Friends en el que Rachel empieza a calcular el tiempo que tiene para encontrar una pareja y quedar embarazada antes de los 35 años. Entonces saca la cuenta y dice alarmada: ¡Tengo que encontrar un hombre ahora!”.   Mariana (su nombre y el de las otras dos entrevistadas fue cambiado a pedido de ellas) conoció a tiempo a la persona indicada y pudo tener a sus hijos cuando los proyectó, luego de haberse afianzado profesionalmente. Pero no todas las mujeres tienen la misma suerte.Andrea está a punto de cumplir 35 años y en los últimos tiempos su deseo de ser madre se ha intensificado. Pero no tiene pareja. Aconsejada por una amiga que tras querer tener un hijo cerca de los 40 años se encontró con que sus células sexuales ya no eran fértiles, está contemplando la idea de congelar sus ovocitos (óvulos antes de ser fecundados) y así preservar su material genético antes de que sea tarde. “Es difícil tomar esta decisión, pero sé que si el día de mañana estoy con alguien y quiero tener hijos y no puedo, me voy a arrepentir”, sostuvo.
A Carolina, sus amigas la llamaban “Susanita” porque siempre hablaba de su deseo de formar una familia. Pero no fue hasta que tuvo 37 años que conoció a la persona con la cual llevar a cabo este proyecto. A los cuatro meses de estar de novios se fueron a vivir juntos y pensaban en ser padres, pero una falla ovárica se los impidió. Tras intentar sin éxito un tratamiento, la pareja se decidió a recurrir a la ovodonación, la donación de ovocitos que fueron fecundados por los espermatozoides de su pareja. “Mi hija es sana, hermosa, pizpireta, La amo a más no poder. Se parece a mi marido, tiene gestos de él. Y hace cosas que se copia de mí. Yo soy la mamá”, dijo. Ahora, a los 43 años, Carolina es madre de una niña de tres, está embarazada de mellizos y se siente feliz.
Aunque Mariana, Andrea y Carolina se encuentran en situaciones diferentes, las tres son ejemplos de un prototipo de mujer que es cada vez más común en el mundo. Sea porque en sus años más fértiles priorizaron su desarrollo profesional o porque en tiempos en que los vínculos suelen ser más inestables que en el pasado no  tienen pareja cuando se sienten preparadas para ser madres, cada vez más mujeres deciden tener su primer hijo después de los 35 años.
Si bien los aspectos socioculturales han cambiado, no así lo han hecho los biológicos, por lo que cuando muchas mujeres quieren ser madres se encuentran con que tienen problemas para concebir. Esto es así porque la tasa de infertilidad –que en líneas generales incluyendo hombres y mujeres es del 15%– se acentúa después de los 35 años, de acuerdo a los especialistas consultados. El tema no es menor, teniendo en cuenta que la baja natalidad es un problema que afecta a Uruguay y en especial a las naciones desarrolladas, donde la postergación de la maternidad tiene especial incidencia en las mujeres de mayor estrato socioeconómico y educativo. En el país no hay cifras al respecto, pero el Observatorio de la Maternidad en Argentina comprobó que mientras en 1985 la brecha de inicio de la maternidad entre las madres con un nivel educativo alto y las que no pudieron terminar los estudios primarios o secundarios era de cuatro años, en 2010 pasó a seis. Por otro lado, un estudio reciente de la Universidad de Virginia, (EEUU) revela que los sueldos de las mujeres universitarias en puestos profesionales y gerenciales se incrementan en un 3% por cada año que retrasan la maternidad.  Frente a este panorama, métodos como la vitrificación de ovocitos o la reproducción asistida son cada vez más solicitados.
Reserva ovárica “La repercusión de la edad sobre la calidad ovárica es muy importante y no se le da la trascendencia que tiene”, explicó Roberto Suárez, presidente de la Clínica Suizo-Americana (ex CIRA), donde se realizan distintos métodos de reproducción asistida y primera institución en la que se realizó la congelación de ovocitos en el país. “Lamentablemente la edad de la primera consulta de la mujer uruguaya a las clínicas de fertilidad ronda los 35 años”.
“Décadas atrás nos preocupábamos por las pacientes que pasaban los 38 años. Después nos empezamos a preocupar por las de 35, desde hace unos años ya sabemos que la fertilidad puede empezar a caer a partir de los 30, pero hoy hay artículos científicos que indican que puede haber caída de fertilidad en la mujer a partir de los 26 o 27”, añadió.
No obstante, la potencialidad de quedar embarazada de una mujer de más de 35 años depende mucho de cada una, teniendo en cuenta diversos factores que van desde lo racial, la edad en la que desarrolló su primera menstruación y los antecedentes familiares, según explicó el ginecólogo Gerardo Bossano, director del Centro Esterilidad Montevideo (CEM), que funciona desde 1986. El doctor Juan Carlos Rodríguez Buzzi, codirector del Centro de Reproducción Asistida del Interior (Cerhin), que cuenta con sedes en Montevideo, Salto y Punta del Este, señaló que cada caso es muy variable. “Hay señoras de 35 años que tienen patrones de hormonales de premenopausia y otras de 40 que los tienen normales”, precisó. No obstante, coinciden los médicos, en todos los casos las imposibilidades de concebir declinan a partir de los 35 años y para los 40 las dificultades son más pronunciadas.
Como primer paso, Suárez y Rodríguez Buzzi recomiendan la realización de estudios diagnósticos para determinar la reserva ovárica. A estos, explicó Suárez, hay que agregarle la edad de la paciente, si alguna vez tuvo embarazo o no y hace cuánto que está buscando. “Entonces hacemos un pronóstico y vemos qué capacidad reproductiva puede tener, a la que hay agregarle la problemática del marido”. A su consulta, indicó, van muchas pacientes que no tienen hijos ni están buscando quedar embarazadas, pero que quieren saber qué capacidad ovárica tienen en la actualidad para guardarla para un futuro, cuando deseen ser madres.Las mujeres que quieran hacerse estos exámenes deben pedir además una evaluación de su aparato genital y, si tienen pareja, un espermograma, indicó Rodríguez Buzzi, quien señaló que esto se puede hacer sin costo en la mayoría de las mutualistas. No obstante, advirtió el ginecológo, estas no consideran a la esterilidad como una enfermedad (aunque sí es definida como tal por la Organización Mundial de la Salud) y no ofrecen las pruebas.  Tampoco es habitual en el país que las mujeres soliciten estos estudios.
No obstante, Francisco Cóppola, presidente de la Sociedad Ginecotocológica del Uruguay, cuestionó la realización generalizada de estos análisis porque “cuando dan mal ya es tarde, ya que la reserva disminuyó. Si la mujer quiere quedar embarazada sí se hace, pero para una mujer que tiene 35 años solo porque tiene 35 años no vale la pena”, sostuvo.
FIV y ovodonaciónCada vez es más común que mujeres sin pareja se acerquen a las clínicas de reproducción asistida en busca de la técnica de congelamiento de ovocitos conocida como vitrificación. Esto se puede hacer hasta alrededor de los 40 años, pero cuanto más joven mejor, indicó Suárez. Con anterioridad se realizaba el método de congelamiento lento, que no resultaba tan exitoso, pero todo cambió cuando en 2002 se creó en Japón el proceso de congelamiento rápido o vitrificación de ovocitos.“La calidad de las células una vez que las desvitrificás es la misma que las frescas, y la tasa de fecundación por embriones o ovocitos vitrificados es prácticamente la misma que las células frescas”, indicó el especialista, ya que no hay daño a las células al descongelarlos porque no se produce la cristalización. Los ovocitos son deshidratados, congelados en 15 a 17 minutos, y almacenados en tanques en nitrógeno líquido a menos 193 grados en tiempos que pueden superar los 10 años. Este método es muy utilizado para las pacientes que tienen cáncer y que tienen que hacer un tratamiento por quimioterapia o radioterapia. En Uruguay ya hay varios recién nacidos por esta técnica. El costo, señaló Suárez, es de entre US$ 2.500 y US$ 3.000, a lo que hay que agregar unos US$ 300 por año y el precio de la fertilización in vitro (FIV). En el Cerhin, el costo de la vitrificación es de unos US$ 5.000, precio similar al de la FIV, aunque a este procedimiento hay que agregarle los gastos de medicación.
No obstante, la técnica de vitrificación de ovocitos, a la cual la Asociación Americana de Medicina Reproductiva de EEUU le levantó la etiqueta de “experimental” el año pasado, genera polémica y no todos los profesionales de la ginecología lo recomiendan. De acuerdo a Cóppola, “no es un buen método para postergar la fertilidad y así lo dicen los comités de ética internacionales. Una mujer de 30 es joven y lo único que tiene que hacer es conseguir pareja para tener un hijo, no andar preservando óvulos, porque es muy costoso y tiene una tasa de éxito muy baja”. Para las mujeres que buscan quedar embarazadas y no lo logran, existen diversos métodos de reproducción asistida. Sin importar la edad que tenga la pareja, si después de un año de intentar no se logra el embarazo se debe hacer una consulta.
Las causas de la infertilidad son variadas, y en ellas es muy importante la variable masculina. “Si me pidieras un solo examen a una pareja, yo le haría un espermograma, porque los factores han aumentado así como su severidad”, indicó Rodríguez Buzzi.También es común la endometriosis, trastorno en el cual las células del revestimiento del útero (tejido endometrial) crecen fuera de este, comúnmente en los ovarios.
Para los problemas de fertilidad en las mujeres más jóvenes puede recurrirse a la inseminación artificial pero las chances de éxito son menores, ya que se trata de una técnica de baja complejidad. Para los tratamientos en mujeres de más de 35 se suele intentar la FIV, porque la cantidad y la calidad de óvulos está muy disminuida, explicó Rodriguez Buzzi. A través de este procedimiento, en el que se realiza la fecundación de los ovocitos fuera del cuerpo de la mujer, las posibilidades de éxito rondan el 35% y el 50%.Para los casos en los que la capacidad ovárica no le permite a la mujer el embarazo existe la ovodonación, cuyo porcentaje de éxito es muy satisfactorio. Con el ovocito de una donante fecundados por los espermatozoides de su pareja o de un donante se forma un embrión que es transferido al útero de la paciente con 8 o 10 células, es decir al tercer día de vida de este. El porcentaje de embarazo ronda el 70%, indicó Suárez. El precio oscila entre los US$5.000 y US$6.000 más medicación.
Dependiendo del centro, las donantes provienen de otras pacientes que acuden a hacerse una FIV (una vez analizada su reserva ovárica o su salud), como es el caso de la Clínica Suizo-Americana, que permite de esta forma amortizar el costo de su tratamiento a las donantes. En el CEM, en cambio, se trabaja con donantes seleccionadas especialmente para tal fin. “Entendemos que las pacientes tienen que tener todas las chances jugadas a sí mismas”, señaló Bossano. No obstante, Cóppola puso reparos. “La ética tiene que ser regulada, no puede ser que cada uno haga lo que considere. No es ético extraer óvulos de una pareja que esté haciendo tratamientos de fertilidad, porque el ovocito debe venir de una pareja sana. No es ético donar un ovocito a una mujer de 55 años, ni almacenar ovocitos en bancos privados sin habilitación técnica. Todo esto va a tener regulación en el futuro”, indicó.
Para Suárez, hay que ponerse en el lugar de una mujer de 38 años, que quiere ser madre y no puede. “En un país donde la adopción no es sencilla, (la ovodonación) es una solución muy buena para muchísimas pacientes que quieren lograr un embarazo”.

domingo, 4 de agosto de 2013

Donación de óvulos: ¿Qué es y en qué casos se recurre a esta técnica de reproducción asistida?
 
Este artículo se publicó originalmente en: http://mx.hola.com/


Puedes leerlo en su versión original en: http://mx.hola.com/ninos/2013071166030/donacion-ovulos-que-es/
 
Según la Dra. Verdú, cuando la mujer está en menopausia precoz, cuando ha habido un tratamiento oncológico y se ha quedado sin óvulos, si hay cirugía ovárica que conlleva la extirpación de los ovarios o en mujeres mayores de 40 años que tienen pocos óvulos y son de mala calidad. La doctora Victoria Verdú es coordinadora de ginecología de la clínica Ginefiv de Madrid.
No es la primera vez que en estas páginas hablamos del hecho de ser madre y también de las dificultades de algunas parejas para ver cumplido su deseo de ser padres. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente un 15% de las parejas en edad fértil tienen problemas para concebir hijos de forma natural, aunque también es verdad que el 66% de las parejas que recurren a especialistas y centros de reproducción asistida pueden tener hijos biológicos.
Los factores que pueden influir en la dificultad para conseguir un embarazo son de muy diversa índole, pero, según los expertos, se estima que un tercio de los casos de esterilidad son debidos a la mujer, un tercio es por causa del hombre y un tercio es por factores combinados de ambos miembros de la pareja, de ahí la importancia de que una vez tomada la decisión de pedir ayuda, los dos miembros de la pareja acudan a la consulta del especialista juntos para determinar las causas y encontrar una solución. Pero, ¿cuándo es necesario pedir ayuda? Ante esta pregunta los expertos de la clínica Ginefiv, que con motivo de su 25 aniversario han editado la guía El gran sueño, ser papás establecen varios niveles, teniendo en cuenta, además, que en la actualidad pueden existir diversos tipos de familias: en primer lugar, cuando en una pareja heterosexual ella es menor de 35 años y tras un año de relaciones sin usar anticonceptivos no consigue el embarazo, o cuando la mujer es mayor de 35 años, tras seis meses de intentos. No hay que olvidar que el llamado ‘reloj biológico’ de la mujer es un factor importante a la hora de conseguir un embarazo. En segundo lugar, en el caso de parejas de mujeres o de aquella mujer que quiera afrontar la maternidad en solitario; en tercer lugar en aquellos casos en los que el hombre o la mujer hayan recurrido a una vasectomía o una ligadura de trompas y hayan decidido reconsiderar la opción de tener hijos; y en cuarto lugar en caso de que existan enfermedades hereditarias o disfunciones ginecológicas o andrológicas.
En España, la reproducción asistida está perfectamente regulada por ley y reconoce las siguientes técnicas: inseminación artificial, la fecundación in vitro tradicional o con la microinyección de un espermatozoide en el citoplasma del óvulo, las técnicas con donación de gametos, óvulos y espermatozoides, y la criopreservación de óvulos y embriones. En todos estos casos se pueden realizar con gametos propios y de donantes. Y es precisamente en este último aspecto, un tanto desconocido, donde nos vamos a centrar, concretamente en la donación de óvulos, a la que recurren muchas parejas que por diversas causas no consiguen el ansiado embarazo. Para ello, hemos hablado con la doctora Victoria Verdú, coordinadora de ginecología de la clínica Ginefiv para que nos aclare conceptos y las dudas más frecuentes al respecto.
En primer lugar, y para que quede claro desde un principio, ¿qué diferencia existe entre esterilidad e infertilidad?
Esterilidad es la incapacidad de conseguir un embarazo tras un año de haber mantenido relaciones sexuales normales sin protección. Mientras que infertilidad es cuando la mujer se queda embarazada y ese embarazo no llega a término, es decir, cuando se produce un aborto.
¿Cuáles son los tratamientos más frecuentes ante un caso de infertilidad?
La inseminación artificial es la técnica más sencilla y más frecuente. Normalmente, se realiza cuando una pareja no tiene problemas importantes: la mujer tiene una edad inferior a 37 o 38 años, presenta una reserva de óvulos normal y la muestra de semen del varón (seminograma) no presenta anomalías importantes.
Pero si resulta que la mujer tiene una reserva de óvulos baja, su edad está por encima de los 38 años o el varón tiene problemas en relación a la muestra semen, a veces recurrimos directamente a una fecundación in vitro o, también, se puede dar el caso de recurrir a una donación, que actualmente representa un tercio de los ciclos que realizamos en la clínica.
Hay que tener en cuenta que el factor edad materno-avanzado en la mujer (cada vez se es madre a una edad más avanzada) es uno de los factores que más influyen en los casos de infertilidad, en la posibilidad de conseguir una gestación.
¿En qué casos se recomienda acudir a una donación de óvulos?
Cuando una mujer está, por ejemplo, en menopausia precoz, es decir, cuando ha tenido un cese de la actividad ovárica antes de los 40 años. Cuando por alguna circunstancia, como puede ser una intervención de cirugía ovárica, haya perdido los ovarios o también porque haya tenido que someterse a una quimioterapia y se haya quedado sin óvulos. También se suele recurrir a la donación cuando tras varios intentos de fecundación in vitro, observamos que los óvulos son de muy mala calidad y no se consigue el embarazo o bien porque, además de tener óvulos de mala calidad, tiene muy pocos.
También está indicada en los casos de mujeres mayores de 42, 43 años, edades en que las mujeres presentan muy pocos óvulos y son también de mala calidad y, además, se incrementa la tasa de anomalías cromosómicas, de manera que en esta franja de edad comprendida entre los 42 y 43 y hasta los 50 años, que es la edad máxima que se está trabajando en España, se consigue el embarazo porque se recurre a los óvulos de donantes, de mujeres jóvenes y sin problemas de fertilidad.
 ¿Cómo afrontan los futuros padres el ser receptores de una donación? ¿Cuáles son las dudas más frecuentes?
Se da el caso de que la mayoría de las parejas que recurren a una donación ya han experimentado algún tratamiento de fertilidad que no ha dado resultado, o bien cuando la mujer es mayor de 40 años, de manera que asumen que es el único camino para hacer realidad su deseo de convertirse en padres. En definitiva, ven una solución a su problema.
Ahora bien esto no significa que nos les surjan dudas. Las más frecuentes tienen que ver con la seguridad en la selección de la donante, es decir, que la donante esté bien de salud; a veces, también se plantean si el vínculo que van a tener con el hijo va a ser igual que con uno biológico, si le van a querer lo suficiente, incluso hay casos en los que se plantean si, una vez tenido el niño, le van a contar su procedencia genética. Todos los centros están obligados por ley a mantener la confidencialidad. Si el día de mañana hablan con su hijo sobre este asunto es una decisión únicamente de la pareja.
¿Qué requisitos debe cumplir una donante para poder donar óvulos?
La ley establece unos requisitos amplios, entre los que se encuentran: la donante tiene que tener 18 años y ser menor de 35 años; que todos los análisis deben partir de un historial clínico correcto, es decir, que no haya antecedentes de enfermedades importantes ni en la donante ni en su familia; hay que realizar todas las pruebas de hepatitis, sida, de rubéola, así como que todas las pruebas de enfermedades de transmisión sexual sean negativas; también es necesario realizar un estudio genético, un careotipo, para determinar que la donante está genéticamente bien; y desde 2003, hay que hacer un estudio psicológico a todos los donantes. Además, en todos los centros, también se hacen pruebas genéticas específicas porque, dependiendo del país, existen enfermedades de fuerte prevalencia, en el caso de España, por ejemplo, es la fibrosis quística.
Por último, hay que tener en cuenta que la ley establece que la donación es anónima y altruista (prohíbe un fin lucrativo de la misma), aunque establece una compensación económica por los trastornos que conlleva someterse al tratamiento (la realización del estudio, los frecuentes traslados a la clínica para hacerse los controles, el tener que someterse a una estimulación ovárica y, posteriormente, realizarse una punción ovárica para extraer los óvulos). Esa cuantía la fija la Comisión Nacional de Reproducción Asistida, un organismo dependiente del Ministerio de Sanidad.
¿Cuánto tiempo conlleva todo el proceso de tratamiento?
Se tarda de uno a tres meses en todo el proceso de tratamiento. Lo más difícil es hacer la selección de la donante: esta tiene que ser fenotípicamente similar a la receptora, con una altura, pelo, color de ojos y piel similar. Entonces sincronizamos los ciclos de la donante, que va a realizar una estimulación ovárica, y el de la receptora, a la que se la prepara el endometrio, la cavidad uterina por dentro, donde vamos a poner los embriones con una medicación por vía oral y unos óvulos vaginales. Lo que más tardamos es encontrar a la persona adecuada.
Hay entre un 50 y 60% de éxito de embarazos cuando ponemos dos embriones. Por encima de los 45 años procuramos poner solo un embrión, porque no hay que olvidar que el embarazo es una sobrecarga importante para el cuerpo y hay que hacer un estudio exhaustivo para ver si la receptora está en buenas condiciones para llevar adelante un embarazo.
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No olvides que la información es básica para afrontar cualquier problema que puedas tener. Acudir a la consulta de tu médico te ayudará a resolver muchas de las dudas que te surjan. A continuación te ofrecemos unas cuantas direcciones de interés que pueden serte también de utilidad.